U.3 - -Actividad Nro 9: Lineamientos de la ESI y diseño de propuestas prácticas para la clase.

 ¿Porqué los educadores tenemos la tarea y responsabilidad de educar sobre sexualidad?



Hoy, como educadoras y educadores tenemos la responsabilidad y, a la vez, la gran oportunidad de enseñar educación sexual integral en la escuela. De esta manera, contribuimos a garantizar el bienestar de nuestros niños, niñas y jóvenes, y el cumplimiento del derecho a una educación de buena calidad para todos y todas.

 

En las instituciones educativas, la educación sexual integral constituye un espacio sistemático de enseñanza y aprendizaje que comprende contenidos de distintas áreas curriculares, adecuados a las edades de niños y niñas, y abordados de manera transversal y/o en espacios específicos. Incluye el desarrollo de saberes y habilidades para el cuidado del propio cuerpo; la valoración de las emociones y de los sentimientos en las relaciones interpersonales; el fomento de valores y actitudes relacionados con el amor, la solidaridad, el respeto por la vida y la integridad de las personas; y el ejercicio de los derechos relacionados con la sexualidad. También promueve el trabajo articulado con las familias, los centros de salud y las organizaciones sociales.

Cuando como docentes pensamos en trabajar la educación sexual integral en la escuela, es posible que surjan distintos temores, como el mencionado, generalmente basados en creencias, estereotipos, tabúes, prejuicios y modelos sobre la sexualidad y la educación sexual, que fuimos incorporando a lo largo de nuestra historia por medio de las tradiciones culturales, sociales y escolares que transitamos. Estos temores pueden generar inquietudes vinculadas a nuestro rol como docentes. 

 Es por ello que se traducen en los siguientes interrogantes: 

  •         ¿con qué saberes necesitamos contar nosotros y nosotras para brindar educación sexual en la escuela? 
  •         ¿qué necesitan saber los chicos y las chicas sobre educación sexual? 
  •         ¿tenemos que hacernos cargo todos los docentes, o sólo algunas áreas curriculares? 
  •         ¿cómo podemos fortalecer nuestro rol como educadoras y educadores en el campo de la sexualidad? 
  •         ¿cómo podemos llegar a acuerdos básicos si los y las docentes tenemos ideas diferentes acerca del tema? 
  •         si hablamos de sexualidad, ¿estaremos promoviendo un ejercicio temprano de las prácticas sexuales? ¿qué dirán los padres/madres/familias al respecto? 
  •         ¿cuál es el territorio, sus límites, para la participación de los y las docentes y de la escuela en la educación sexual integral? 

Los interrogantes son muchas y complejas, y no admiten respuestas cerradas sino más bien requieren revisarlos propios supuestos y mirar estas cuestiones desde distintas perspectivas. Estos y otros interrogantes reclaman ser analizados y exigen una reflexión en profundidad en lo personal y junto a colegas. Ello nos permitirá arribar a saberes y posiciones construidos, acordados y sostenidos colectivamente.

 Y no debemos olvidar que hablar de esi, sirve: 

  • ·       Para valorar las necesidades humanas desde la especificidad de la etapa vital de las alumnas y los alumnos.
  • ·       Para fortalecer la práctica docente en relación a la implementación de la esi.
  • ·       Para reflexionar críticamente sobre las representaciones sobre el cuerpo y la salud que se tiene en la escuela y en la sociedad.
  • ·       Para garantizar el bienestar de nuestros niños, niñas y jóvenes, y el cumplimiento del derecho a una educación de buena calidad. 
  • ·       Para considerar que la esi no es un hecho aislado, sino que se inscribe en un marco de políticas públicas relacionadas con la inclusión, la igualdad y el ejercicio de los derechos.  

Comentarios

Entradas populares