PARTE C: REFLEXIÓN PERSONAL.
REFLEXIÓN FINAL
Haciendo un recorrido en mi formación, y en diferentes niveles por los
que atravesé en el sistema educativo, llego a la conclusión de que hay muchos
docentes que tienen la intención de capacitarse pero a veces es dificultoso el
acceso a la formación en ESI, ya sea por tiempos o por la cantidad de cupos,
por dar algunos ejemplos.
La ESI debería formar parte de cada una de las clases y
espacios de un profesorado, si no empezamos por ahí es muy difícil. Pero para
dar historia transversalizada con la perspectiva de género y con la ESI, se
trata de repensar desde qué autores hablás, cuáles son los hechos sobre los
cuales trabajás fuertemente en el aula, qué lugar tienen las mujeres que
formaron parte de la historia, la visibilización de ellas también. En fin, no
se le está pidiendo a cada docente que se haga especialista en otra materia
sino simplemente revisar de qué modo aprendió.
De la ESI siempre se habla de que para su implementación hay
tres puertas de entrada. Una de ellas, tal vez la primera, es la reflexión
sobre nosotros mismos: si yo no puedo reflexionar sobre lo que yo creo, pienso,
cuáles son mis propias concepciones y representaciones en torno a la
sexualidad y a todo lo que considero saber, desde qué lugar voy a ejercer mi
profesión, y esa transversalización viene a pedirnos la ESI a los docentes.
La segunda puerta de entrada es la enseñanza de la ESI y la tercera puerta
de entrada la escuela, las familias y la comunidad en su relación con la ESI.
La multiplicidad de espacios, prácticas y rituales que giran en torno a
la educación sexual en las escuelas dan cuenta de la complejidad de una trama
oculta y subterránea que tiene efectos sobre las subjetividades, los cuerpos,
las instituciones.
Muchos de los interrogantes planteados a lo largo del trabajo quedan
abiertos y/o pendientes para ser abordados en otras instancias. Sin embargo,
orientan mi mirada para futuras intervenciones docentes.
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